Conocerte,
y tenerte presente.
Comprender mi ira
y tenderla rendida.
Canalizar mi furia
iluminando mis sombras.
Dudarme y ganarme
en cada desafío.
Merecer lo más grande,
aun si no llega.
Acercarme siempre
aunque parezca lejos.
Confundirme con todos
en una fiesta cualquiera.
Sorprenderme riendo
de tu ingenua sorpresa.
Mantenerme sereno
en el mercado persa.
Escuchar las palabras
de los ojos sinceros.
Pedirte erguido una mano
cuando dos no me alcanzan.
Rechazar lo rechazable
aunque deslumbre la vista.
Acudir a un pedido
sin cálculos mentales.
Necesitar solo
aquello que tengo.
Cuidar nuestros niños
sin preguntar de quién o de dónde.
Descubrir el maravilloso
arcoiris del pueblo.
Escuchar el vacío
de los gritos canallas.
Construir la utopía,
por mí y para todos,
que es posible vivir de este modo.
Fabiana Martínez