¡Cómo quisiera ser niño
para jugar todo el tiempo
al balero, a las canicas
o con esos lindos carros
que eran hechos de madera!
Subirme a la bicicleta
y andar todo el día en la calle
soñando que era una moto
y jugar las carreritas.
Salirme con el balón
a jugar a la pelota
sentirme un Maradona,
Hugo Sánchez o Pelé.
Sólo pensar en jugar
y unas cuantas travesuras,
jugar a los policías
y ladrones,
escondidas o encantados.
No tener preocupaciones,
jamás tener tensiones
y el mayor problema
era tener unos pesos
para comprar caramelos
o el dulce que me agradara.
Hacerme el enfermo
para no ir a la escuela,
soportar esos caldos
y el jarabe que me daban…
pero en fin ya no se puede;
sólo me queda el recuerdo
de todo lo que hacía
cuando era un gran chiquillo.
Sólo me queda admirar
y ver a esos niños jugar
en el parque, en las calles,
que tienen el alma pura,
pues es el alma de niño
y nunca se debe olvidar.
Julio Domínguez Zamora