Se descubren sus brazos
Sus puños los enfrentan
Portando dos pistolas;
En poco ellos piensan,
Corregir la altura y
Dar firmeza al pulso
Nada mas…
Entre ambos pocos metros
Una esposa,
Una novia y
También aquellos padres
Que con angustioso dolor
Esperan el desenlace
Pronto será el momento,
¡ese; el que será más grave!
Cuando llegue aquella orden
De matar o que lo maten.
Duelo en los dos hogares
Mas duelo por no saber
En que lugar es que se baten
Y así poder impedir
Que la muerte
A alguno de ellos  llame.

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Dos disparos y un silencio…
Al estallar el amanecer
Con cielo celeste rojo,
Rojo gotas de sangre
Y el sol sin aparecer…
Para los cuerpos que yacen.

Raúl Osvaldo González Agüero

Amiga mía;
tú que has ahondado
mi corazón herido,
por aflicciones
y ciertas penas,
que has comprendido…
No teniendo hoy
como agradecer,
te digo:
que habre de ser
tu mejor amigo.
Porque no hay nadie
que desdichado,
en la dificultad
que abruma;
tenga por suerte
nada más sublime,
que el poder contar
con quien da
tan noble amistad,
incondicional y pura.

Raúl Osvaldo González Agüero

Transito el destino
de tantos mortales,
sabiendo que aquellos
han hecho lo mismo.
Pero ésta es mi lucha,
quizá tan distante…
que por ser mía
es tan diferente
y la más importante;
por eso cultivo
mis gustos,
que son personales,
y llevan a no parecerme
en nada, ni a nadie.

Raúl Osvaldo González Agüero