Cada hombre es un ente,
ser divino y humano,
que funciona
siendo cuerpo y alma
dentro del mundo espiritual,
en la mente universal.
La mente universal
es la esposa del Espíritu Creador o Todo.
Todo es lo que nos mueve,
es lo que se expresa en infinitas unidades y es
anterior y posterior
a todas las partes de la malla
en que el Todo es.
Cada hombre se auto genera de la mente.
La usa
para pensarse a si mismo ideas
e identidades, para con ellas proponerse
y desarrollar
lo que llama
conciencia individualde sí,
del ser y la vida.
Esta conciencia es un poder y una fuerza que se expresa espiritualmente.
Cada familia
es un pacto entre todas las mentes que la forman.
Nace
de actos de amor entre dos que se comprometen
para hacer de su ser postes o pivotes
en que se sustenta la vida
como un muelle dentro de la mar
de muchos y cada uno de los que marchan a vivir.
Cada hombre es una semilla ente
que aprende a proyectarse sí mismo
y se torna en familia
y sociedad-Estado..
Y cada familia es una flor de semillas
que se educan a convivir;
para volverse realidad moral en mañanas de sus hijos
con otros.
Una sociedad es el grupo o un concurso de mentes
que se rigen por valores edificados desde sus conciencias
en una sabiduría social de vida, acorde a sus ideas-credos
e intereses.
Un estado es un producto
del ejercicio político entre ideólogos y poderosos
para estabilizar el ámbito estatal y promover
la justicia y el equilibrio de intereses
entre los muchos grupos.
En esto descansa la complejidad de crear un Estado.
Crear un estado es algo histórico; se da con sus grandes hombres.
Crear un estado es tan difícil
como superar todos nuestros sectarismos;
¡como alcanzar el concepto de identidad nacional como Estado!
¡Porque el nacionalismo,
la libertad de mercados sin capitalismo
son los problemas mundiales a vencer!;
¡para dar un sentido global a nuestra evolución histórica!
Todos los Estados requerimos adoptar una sola identidad
y alcanzar así un estado de conciencia compartida como identidad.
Esto
como misión histórica
y para liberarnos al fin de todas las ideologías….
Sergio Verduzco