Yacemos fundidos
en el encuentro de nosotros mismos.
Buscando interiormente debelarnos en un  Ideal Hombre Total.
                                                                                                           Este,
tiempo ha
ya se encontró a sí mismo
                                en cada uno,
triunfando para ser él en todos por  sobre niveles ydistingos.

En consecuencia de él
Grecia se tornó en la cuna de nuestra concienciahistórica.
Roma fue la madre que nos parió como cultura. Y desdeellas
es que nos reconocemos
               como civilización
y aprendimos a saber de nosotros, del mundo y la vida.

Y esto  representa hablar de enormidades de saber acumulado,
con el cual transportamos la historia de todo como sabiduría;
esto desde los griegos y romanos hasta nosotros. Heredamos
sin tomar posesión de nuestros bienes y derechos,
por que ignoramos quienes somos
                                     y más del 99%
de cuanto atesoramos hoy en nuestras Bibliotecas y Universidades.

Somos seres igualmente
                 ignorantes,
como antes de Grecia y de Roma,
salvajes modernizados en narcisistas y conspicuos. Pocos
             somos concientes
             de la luz inserta en cada instante
             que nos acontece al ser.

Sabemos que transcurrimos,
que tanto venimos como vamos;
que un final aquí
     empieza otro destino allá.

Vivir son escaleras y eslabones
de una cadena de hechos-verdades de vida,
con ellos es que nos enfrentamos a nuestro destino,  
absorbidos por tornados en un collar caracol de ciclos espirales.

Heredamos la libertad de él,
         pero sin conocerlo entodos, sin ganar para la humanidad
el legado de la historia para la Conciencia del Hombre.

Somos divinos
en cuanto nos negamos a nosotros mismos como humanos.
La sabiduría es el camino a la luz.  Dios somos cada uno denosotros.

Nuestra aura griega
se absorbió a  la luz del modernismo  
                                            utilitario
                                           individualista,
                                           para enterrar el legado de Roma
en la inconciencia de nuestra interioridad,
al no saber caminar nuestro testimonio
                                —peregrinando el hoy—
                                               del Hombre Universal.

Sergio Verduzco

¿Qué tan nueva es la existencia
cuando nos aborda para descubrirnos?

¿Qué tan grande es abrimos, cuando descubrimos
la existencia, abordándonos de instantes para acumularnos?

¿Qué tan grande es la conciencia
que acumula y guarda, que recuerda y
                                convertida en sueños
nos redime de las circunstancias?

¿Qué tan antes de existir ya fuimos,
qué clase de sombras o sueños somos,
enanillos convertidos a presentes del mundo?

Yo me sorprendo de mi y , porque me veo
prefiero pensarme más allá de mi mismo.

Honestamente nos descubrimos
                          al incrustarnos
en existir.

Sergio Verduzco

Esa luz
que se oculta tras no ser comprendida
cada día de cada quien, de los que estamos
                     —devorados de ignorancia—
perdidos en el mundo a ser realidad.

Esa luz que no vemos
puede hacernos libres
                 de nosotros mismos,
esa luz
es una cúspide
                de la espiral pirámide interior
                       que es la existencia en cada quien
                               mientras vive.

De esa luz venimos a ser
               antes del recuerdo
a vivir,
para expresar la vida y ser ella: la vida
             expresada por si misma en el mi de cada yo;
             ¡en el todo y cada cual de los hechos naturaleza cuerpo
             a fin de existir en el mundo, viviéndolo…!

Vengo hecho cuerpo,
para ser devorado por el tiempo,
para ser  —entre alegrías y tristeza—
                                         triunfos y fracaso,
dolores espantosos y placeres exquisitos; y todo por que quise
para extenderme a toda la anchura de la vida
                     hasta quebrarme y morir.

Soy cuerpo
para que la bella naturaleza y las acciones de los  hombres
alimenten, desde mi corazón y sentidos
la emoción de ser y sentir,  de comprenderlos.

Ser
para que, en el sabio  uso de la razón,
desde el cuerpo busquemos nuestra identidad
y la finquemos —por ideas— con valores y humanismo.

Ser desde el cuerpo
para que con actos caminemos por  nuestra verdad histórica
            y podamos cumplir con la misión
            para la cual fuimos creados
siguiendo esa luz…

Sergio Verduzco

Cada hombre es un ente,
                ser divino y humano,
que funciona
—siendo cuerpo y alma—
            dentro del mundo espiritual,
en la mente universal.

La mente universal
es la esposa del Espíritu  Creador o Todo.

Todo es lo que nos mueve,
es lo que se expresa en infinitas unidades y es
anterior y posterior
a todas las partes de la malla
                           en que el Todo es.

Cada hombre se auto genera de la mente.
La usa
para pensarse a si mismo ideas
e identidades, para con ellas proponerse
y desarrollar
lo que llama
         conciencia individualde sí,
      del ser y la vida.

Esta conciencia es un poder y una fuerza que se expresa espiritualmente.

Cada familia
es un pacto entre  todas las mentes que la forman.

                                                                        Nace
de actos de amor entre dos que se comprometen
para hacer de su ser         postes o pivotes
             en que se sustenta la vida
             —como un muelle dentro de la mar—
             de muchos y cada uno de los que marchan a vivir.

Cada hombre es una semilla ente
que aprende a proyectarse sí mismo
y se torna en familia
y sociedad-Estado..

Y cada familia es  una flor de semillas
                               que se educan a convivir;
para volverse realidad moral en  mañanas de sus hijos
con otros.

Una sociedad es el grupo o un concurso de mentes
que se rigen por valores edificados desde sus conciencias
en una sabiduría social de vida, acorde a sus ideas-credos
                                                                          e intereses.

Un estado es un producto
del ejercicio político —entre ideólogos y poderosos—
para estabilizar el ámbito estatal y promover
la justicia y el equilibrio de intereses
                  entre los muchos grupos.

En esto descansa la complejidad de crear un Estado.

Crear un estado es algo histórico; se da con sus grandes hombres.
Crear un estado  es tan difícil
                                como superar todos nuestros sectarismos;
¡como alcanzar el concepto de identidad nacional como Estado!

¡Porque el nacionalismo,
la libertad de mercados sin capitalismo
                    son los problemas mundiales a vencer!;
¡para dar un sentido global a nuestra evolución histórica!

Todos los Estados requerimos adoptar una sola identidad
y alcanzar así un estado de conciencia compartida como identidad.
                         Esto
como misión histórica
y para  liberarnos al fin de todas las ideologías….

Sergio Verduzco

Porque la vida es un sueño
         del que despertéun instante
sin cuerpo a vivir.

Y comprendí que vivir es caer prisionero,
del mundo y del tiempo… del hombre mismo;
vivir es venir a pagar con dolores y esfuerzo
el capricho de querer ser individual ante el todo.

Así que se vive como un pago y en pro de una conquista.
Fincada esta como meta suprema de la vida
en buscar con la armonía restablecer la totalidad;
la que habrá de hacernos libres por el arte de dar.

Y es
porque la vida es un sueño que deseamos tener
 que permanecemos soñando mientras vivimos
                                     que estamos despiertos.

Y nos vanagloriamos de la ciencia y de los productos
nacidos de nuestros descubrimientos de la naturaleza.
Y nos construimos una cárcel con nuestras necesidades;
para llamarla realidad y vendernos a ella como esclavos.

Entonces es que sepultamos en inerte fe
                a ese lugar-ente
                con el que solo nuestro sueños
nos reconectan; ¡como verdad!

Verdad perdida bajo ideas y conceptos,
donde la economía y el nacionalismos
son las identidades que gobiernan
nuestras almas y conciencias
                           egocéntrico-liberales.

Sergio Verduzco

cuando los Pumas consuman las miradas de todos
con tan buen aliento que este incendie la esperanza.
      Esa con quien convivimos a despropósito,
que no deseamos reconocer como cumbre
                  porque no queremos ver
que
nos circunda
y nos invita a desatarnos
                           de la mentalidad
                                                siguiendo al Puma.

Porque los Pumas concluirán de reedificar la gran Tollán,
                                                  ya en ella deambulan
ronroneando con sus miradas de olfato todos los rincones
de la Gran Mole de la Pirámide;
acechando con todas sus acciones la cúspide.

Y porque todos los Pumas saben que existe tal cúspide
sabemos nosotros los mortales que El Águila existe y vendrá.

Sabemos que venimos porque nos vamos,
porque estamos fuimos y seremos en la decisión que nos hace.
                                                               Ser
y movimiento, en búsqueda de
                  un origen perdido con nacer.

El Águila vendrá porque existe la cumbre.
                       Y La Historia
es la pirámide de los hombres
                   en busca de un si mismo común,
entre edades de tiempo y épocas del mundo.

Los Pumas son los emisarios del Águila que habrá de venir.

Vendrá para que los Pumas queden convertidos en Tezcatlipocas,
                                                                     Humeantes Espejos
Cósmicos, con la pata metida a ser mundo, origen
que se mira a si mismo en el cambio del tiempo
                                    hecho imágenes del ser…

Sergio Verduzco

Quitemos la importancia que damos
a lo que pensamos de los demás.

Porque el hombre y su alma están en las emociones
lo que importa esta en los sentimientos  de cada uno
                                                           para cada cual.

A veces el pensamiento apresura los juicios.

No hay prisa de juzgar a nadie,
lo que pensemos de cualquiera
                     ni lo va afectar ni es su verdad.

Amen de que lo importante no es lo que me conviene,
ni tampoco lo que me hizo o dio aquel otro.

Lo que siento por mi prójimo y cuanto lo entiendo
es lo que vale y a mi debe importarme.
Importarme para dar a mi prójimo;
en un acto de entrega libertaria y testimonio.

No es lo importante lo que otros me den o hagan
porque nuestro deber es darles; a eso venimos a vivir;
dando es que pagamos el precio de ser libres.
Luego dar es un acto en nuestro recate y deber de ser libres.
Así que lo que importa es sentir y saber dar:
                                          por amor y conciencia
para dar lo correcto
a cada cual.

Esto que doy es lo que todos y cada uno merecemos
y a mi toca repartir.
Y es un, —apoyo a ellos y pago por mi libertad—
que nosotros les venimos a dar, por amarlos…

Amarlos tras perdonar, por aprender
a comprenderlos
            sin rencores ni remordimientos.

Sergio Verduzco