Aquí, hoy, en la desesperación de los inviernos,
me recuesto a tu lado, mi mujer de secretos y llamas.
Quiero sembrar en tu pecho los besos del tiempo
y en los veranos venideros recoger el trigo en este lecho.
Ya sé que deseas que tu nombre lo pronuncien las gentes,
que cuente del inagotable camino que cruzamos,
mas yo te pido silencio y que sólo cante el susurro en laoscuridad,
sólo quiero tu voz de campanas para mis rudos oídos,
sólo quiero tus piernas como árboles fijos en mis manos,
porque me ha despertado toda la lluvia que traes a cuestas,
ese aguacero que revienta por la lengua,
ese trueno que destapas en un grito a las estrellas.
Pero te pido silencio, para que cerquemos nuestro pequeñopaís,
para que cerremos las puertas al extranjero
y vivamos las multitudes de este universo
en el barco veloz y rotundo de tus labios.
Santiago Azar