Aquí, hoy, en la desesperación de los inviernos,
me recuesto a tu lado, mi mujer de secretos y llamas.
Quiero sembrar en tu pecho los besos del tiempo
y en los veranos venideros recoger el trigo en este lecho.
Ya sé que deseas que tu nombre lo pronuncien las gentes,
que cuente del inagotable camino que cruzamos,
mas yo te pido silencio y que sólo cante el susurro en laoscuridad,
sólo quiero tu voz de campanas para mis rudos oídos,
sólo quiero tus piernas como árboles fijos en mis manos,
porque me ha despertado toda la lluvia que traes a cuestas,
ese aguacero que revienta por la lengua,
ese trueno que destapas en un grito a las estrellas.
Pero te pido silencio, para que cerquemos nuestro pequeñopaís,
para que cerremos las puertas al extranjero
y vivamos las multitudes de este universo
en el barco veloz y rotundo de tus labios.

Santiago Azar

Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
quiero ahogar este último aliento
para que seas océano y tragedia
y mis dedos se pierdan como un niño muerto
en la soledad nocturna de las arenas.
Bajo tus cabellos rojos como sangre de dioses
el paladar de la hermosura saborea mi cuerpo,
lo revive centímetro a centímetro,
lo conquista como a un río virgen.
Porque si tuvieses más largos esos relámpagos rojos
que nacen y mueren en tu cabeza,
los dioses bajarían a recuperar su cabellera
o tal vez sólo tus ojos
porque las estrellas ya han reclamado su brillo.
Por ahora me conformo con estas llamas
que desatas en la punta de los soles,
me conformo con este nido
donde pierdo mis dedos inocentes,
pero donde gano la entrada al paraíso.

Santiago Azar

De tu vestido verde sacaría todos eso botones
y te sostendría el cuerpo a cambio sólo de besos.
Porque nadie sabe de tus dientes que son pétalos escogidos
ni que por las calles vienes dando orgullo a cada avenida.
Para mí nada más que mirarte siempre a lo lejos,
pero pensando en bailar contigo sobre las estrellas.
Recordarás las pasajeras cosas, amiga,
recordarás el dominio pequeño sobre tu pecho,
que fui yo quien derramó los labios en tu carne
y quizás cuando esté sentado en la noche de las canciones,
me refresques este dolor sólo con la sinfonía de tu aroma.
Yo no te pido nada más, mirarte siempre de lejos,
como el pájaro enfermo mira el vuelo de sus compañeros,
como un caracol que entra en la oscuridad de su propia suerte,
como si fueran los años tantos, pero no conocemos los siglos.
Yo no te pido nada más, los deseos se me fueron muriendo en unacarta muda,
los alientos y besos se me cayeron en la ceniza de las cenizas,
sólo te pido que alguna vez, en tu camino de reina y mujer,
vuelvas conmigo en la hora de los labios,
mostrando a los ojos del viento, la hoguera de tu cabellera
y la delicada caída perfecta de tu vestido verde.

Santiago Azar

Ayer tú y yo, en un solo beso para la vida,
en el amor que nos conoció a los quince años
y yo pedaleando para un nunca llegar tarde a tu corazón.
Fuimos nosotros los que inventamos el beso en una bicicleta,
la edad de las miradas con un cuaderno en la mano.
Fuimos nosotros, los que sin respirar, nos cansamos de viajar;
y ayer, sólo ayer, las calles dicen: Allí van, son ellos!,
pero fue tan rápido que pedazo a pedazo nos despedimos.
Tú y yo, querida, ahora quizás dónde, dóndevolveríamos a rodar,
dónde volveríamos a comandar dos ruedas como a un barco,
dónde volveríamos a conquistar los mundos con unsueño.
Eso no m importa, porque en mi memoria tengo un niño despierto,
llevo a ese revoltoso quinceañero en los dedos del alma,
tengo aún, esos años diminutos como zapatos de liceano.
Entonces, será a las siete, te pasaré a buscar comocochero,
subirás en mi caballo veloz con rayos de aluminio,
dispuesta a saltar a la gloria al besar cada calle,
recostándote en cada parada para retomar las fuerzas.
Entonces, será a las siete, cuando llegue a tu casa,
salgas a recibirme como ansiosa de la nueva carrera.
Entonces, son las siete y recuerdo tu mano en la mía,
riendo del pedaleo en mañana y tarde,
cuando nos amamos en una bicicleta sobre la vida,
cuando se me vienen los quince felices años,
ahora que son más, sin bicicletas ni sueños.

Santiago Azar

Eres una pantera de barro fresco,
ansiosa de carnes rojas, hambrienta de vapores.
Morena mía, me has rasguñado tantas veces los deseos
que contigo la noche se prolonga como un verano,
una estación de sudores que se hacen ríos,
y allí nadamos y te tomo de las piernas,
y la acrobacia del amor aparece como si fuéramos trapecistas,
donde el vacío sería no responder al llamado de tu pecho.
Eres una pantera, mujer, en esta selva que no conocemos,
sólo sabemos que todo debe valer un instante,
pero insistimos en hacer eternos los dedos
que se detienen en estos caminos.
Ven, amiga, así como un animal desatado,
ven furiosa como si hubiese herido tus crías,
ven a esta noche donde las estrellas son de fuego,
ven, amiga, con la pantera de ojos negros que eres,
porque hoy seré tu cazador, con mis disparos de manos,
hoy te domesticaré justo cuando claves una de tus uñas,
para que luego quedes ronroneando el cansancio
en los océanos que derramaron estos besos.

Santiago Azar