El verdadero mérito de muchas acciones consiste en saber esperar.

Saber esperar es, en muchos casos, uno de los grandes méritos
de ser hombre.

Es preciso especializarse en esperar

un turno,
un día,
una escena,
el momento.

Entretanto, esperar.

La gente pasa.

Es preciso seguir esperando.

El pensamiento persigue a la voz que atravesó la tarde
          o al sonido de unospasos que se acercan,
se paran,
vacilan
y, por fin, se pierden. 

En la espera se sueña,
se alargan  amores,
se manosean  recuerdos.

Una historia progresa a fuerza de desechar posibilidades
que juntas
serían otra historia.

Es posible vivir todas las posibilidades
mientras se espera
lo único posible.

El tiempo pasa.

El verdadero mérito de muchas acciones consiste en saber esperar.

Irene Sánchez Carrón

«Esa vana costumbre que me inclina
Al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.»

J. L. Borges

Todo se ha ido borrando tiempo adentro
y he vuelto al sur inmóvil de la siesta.

Tú tal vez dormirás en la penumbra
de altos techos de cal. Te estoy buscando
entre el calor sin horas de la tarde
mientras muere de sed la vieja fuente
y vomitan geranios los balcones.

Vine porque las noches se llenaban
de un sol loco vertido por las calles.

Vine porque volví a escuchar los cascos
de caballos sin rumbo por el pecho.

Todo se ha ido borrando tiempo adentro.

Vine para morir.

Llamo a tu puerta.

Irene Sánchez Carrón

“Eres libre” —dijiste.
Yo te miré en silencio
con la expresión absurda
de esas viejas muñecas
que se pierden un día
tras haberse arrastrado
por todos los caminos
sin rumbo de la infancia.
              
“Puedes ir donde quieras”
—dijiste. Y de repente
encogieron los mapas,
no hubo puertas abiertas,
una goma invisible
borró todas las calles
y entonces fue el dolor
un camino sin tierra y sin orillas.

Irene Sánchez Carrón

«El aire es inmortal. La piedra inerte…»

F. G. Lorca

Al fondo de rincones escondidos
crecen flores ocultas entre hierba.

Hay raíces clavadas a la piedra
que aguardan impertérritas la lluvia.

Al sur del los veranos agostados
se oye la seca espera de los pozos.

Tanta belleza vive, tanto amor…

Bajo la nieve sueñan los caminos
con los días azules del deshielo.

Irene Sánchez Carrón

Tengo miedo.

Jugábamos al escondite.
Yo me ocultaba
y tú me perseguías.
Pasaron largas horas
y tú no me encontrabas.
Pasó la primavera,
se esfumaron los largos días de verano
y vino el otoño con su crujir de madera seca
             y vino elinvierno con su dolor de corazón sepultado en lanieve.
Te espero en mi rincón
y tengo miedo.

Irene Sánchez Carrón

No cruzaste aquel puente
No cruzaste aquel puentey su remota voz de musgo
se enredará por siempre entre tus pasos.

Te dio miedo bajar las escaleras
y un negro precipicio de peldaños
se abrirá a tus pies cada mañana.

Desde hoy
todos los lechos
donde busques descanso
se llenarán de pozos
y caerán confundidos
tu rostro y sus caretas.

Irene Sánchez Carrón

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Irene Sánchez Carrón

La costumbre me trae hasta tu cuerpo
o la necesidad de los planetas.
Esa costumbre ciega de semilla,
la que hace descender por las gargantas
el agua ciegamente,
la que guía a las aves migratorias
año tras año por la misma ruta,
la que impulsa en algún lugar remoto
esta brisa que ahora desordena
tu pelo. Y sonríes,
con costumbres de sol en su sistema.

Irene Sánchez Carrón

Mientras duermes te miro.

Me recuerdas
el frío de las fuentes en los labios,
el prado debajo de la espalda,
la indescifrable danza de las nubes,
el dulce sabor de diminutos dedos en la masa,
la tierra en las uñas,
los pies mojados en los charcos,
los bolsillos repletos.

Contigo junto a mí
los días recobran la suave textura de la cera
y repiten mil veces el amanecer.

Contigo junto a mí
veo pasar de largo la tristeza.

Irene Sánchez Carrón