Siempre que hundo la mente en libros graves
La saco con un haz de luz de aurora:
Yo percibo los hilos, la juntura,
La flor del Universo: yo pronuncio
Pronta a nacer una inmortal poesía.
No de dioses de altar ni libros viejos
No de flores de Grecia, repintadas
Con menjurjes de moda, no con rastros
De rastros, no con lívidos despojos
Se amansará de las edades muertas:
Sino de las entrañas exploradas
Del Universo, surgirá radiante
Con la luz y las gracias de la vida.
Para vencer, combatirá primero:
E inundará de luz, como la aurora.—

José Martí

                        La noche es la propicia
Amiga de los versos. Quebrantada,
Como la mies bajo la trilla, nace
En las horas ruidosas la Poesía.
A la creación la oscuridad conviene—
Las serpientes, de día entrelazadas
Al pensamiento, duermen: las vilezas
Nos causan más horror, vistas a solas.
Deja el silencio una impresión de altura:—
– Y con imperio pudoroso, tiende
Por sobre el mundo el corazón sus alas.
¡ Noche amiga,   [  ……….Verso incompleto………….. ]   nochecreadora!:
Más que el mar, más que el cielo, más que el ruido
De los volcanes, más que la tremenda
Convulsión de la tierra, tu hermosura
Sobre la tierra la rodilla encorva.
A la tarde con paso majestuoso
Por su puerta de acero entra la altiva
Naturaleza, calla, y cubre al mundo,
La oscuridad fecunda de la noche:
Surge el vapor de la fresca tierra,
Pliegan sus bordes las cansadas hojas;
Y en el ramaje azul tiemblan los nidos.
Como en un cesto de coral, sangrientas,
En el día, las bárbaras imágenes
Frente al hombre, se estrujan: tienen miedo:
Y en la taza del cráneo adolorido
Crujen las alas rotas de los cisnes
Que mueren del dolor de su blancura.
¡Oh, cómo pesan en el alma triste
Estas aves crecidas que le nacen
Y mueren sin volar!
                             ¡Flores de plumas
Bajo los pobres versos, estas flores,
Flores de funeral! ¿Donde, lo blanco
Podrá, segura el ala, abrir el vuelo?
¿Dónde no será crimen la hermosura?

Óleo sacerdotal unge las sienes
Cuando el silencio de la noche empieza:
Y como reina que se sienta, brilla
La majestad del hombre acorralada.
Vibra el amor, gozan las flores, se abre
Al beso   [  ……….Verso incompleto………….. ]   de un creador que cruza
La sazonada mente: el frío invita
A la divinidad; y envuelve al mundo
La casta soledad, madre del verso.

José Martí

¿Por qué os secáis, violetas generosas,
Que me dio en hora amarga mano pía?
Pues patria al alma dais, flores medrosas,
¡No os secaréis en la memoria mía!

3 de Marzo

José Martí

Fuera del mundo que batalla y luce
Sin recordar a su infeliz cautivo,
A un trabajo servil sujeto vivo
Que a la muerte temprano me conduce.

Mas hay junto a mi mesa una ventana
Por donde entra la luz; y no daría
Este rincón de la ventana mía
¡Por la mayor esplendidez humana!—

28 de En.

José Martí

Cual de incensario roto huye el perfume
Así de mi dolor se escapa el verso:
Me nutro del dolor que me consume,
De donde vine, ahí voy: al Universo.

Cirio soy encendido en la tormenta:
El fuego con que brillo me devora
Y en lugar de apagarme me alimenta
El vendaval que al temeroso azora.

Yo nunca duermo: al despertarme, noto
En mí el cansancio de una gran jornada
Adonde voy de noche. cuando, roto
El cuerpo, hundo la faz en mi almohada.

¿Quién, cuando a mal desconocido postro
Mis fuerzas, me unge con la estrofa blanda,
Y de lumbre de amor me baña el rostro
Y abrir las alas y anunciar me manda?

¿Quién piensa en mí? ¿Quién hablapor mis labios
Cosas que en vano detener intento?
¿De dónde vienen los consejos sabios?
¿Alónde va sin rienda el pensamiento?

Ya no me quejo, no, como solía,
De mi dolor callado e infecundo:
Cumplo con el deber de cada día
Y miro herir y mejorarse el mundo.

Ya no me aflijo, no, ni me desolo
De verme aislado en mi difícil lucha,
Va con la eternidad el que va solo,
Que todos oyen cuando nadie escucha.

Qué fue, no sé: jamás en mí di asiento
Sobre el amor al hombre, a amor alguno,
Y bajo tierra, y a mis plantas siento
Todo otro amor, menguado e importuno.

La libertad adoro y el derecho.
Odios no sufro, ni pasiones malas:
Y en la coraza que me viste el pecho
Un águila de luz abre sus alas.

Vano es que amor solloce o interceda,
Al limpio sol mis armas he jurado
Y subiré en la sombra basta que pueda
Mi acero en pleno sol dejar clavado.

Como una luz la férvida palabra
A los temblantes labios se me asoma:
Mas no haya miedo que las puertas le abra
Si antes el odio y la pasión no doma.

Qué fue, no sé: pero yo he dado un beso
A una gigante y bondadosa mano
Y desde entonces, por donde hablo, impreso
Queda en los hombres el amor humano.

Ya no me importa que la frase ardiente
Muera en silencio, o ande en casa oscura,
Amo y trabajo: así calladamente
Nutre el río a la selva en la espesura.

José Martí

Alma que me transportas:
Voz desatada
Que a las almas ajenas
Llevas mi alma:—
Cinta, cinta de fuego—
Que pura y rauda
A los sueltos humanos
Alegras y atas;—
Pastora, y pastorcilla
Enamorada,
Que junto al blanco y húmedo
Rebaño canta;—
Árabe, árabe fiero-
Que en su dorada
Hacanea parece
Volante llama;—
León, león rugiente
De la montaña
Que como alud de oro
Al valle baja,—
Y en el villano impuro
La garra clava,—
Y en el dormido alumbra
El sol del alma;—
Lira, lira imponente
En la más alta
Cúspide de la tierra
Serena, alzada,—
En dos troncos de robles
Corvos las blandas
Cuerdas mordiendo, y trenzas
De rosas blancas
De los hilos sonoros
Sueltas al aura,
Cantando con pasmosas
Hercúleas cántigas,
De los dioses del cielo
Y tierra hazañas,
Y en himnos sin medida,
Corno las almas,
Esparciendo a las nubes
La esencia humana,
Que en lento giro asciende
De la batalla;—
  [  ……….poema inacabado………….. ]  

José Martí

Antes de trabajar, como el cruzado
Saludaba a la hermosa en la arena,
La lanza de hoy, la soberana pluma
Embrazo, a la pasión, corcel furioso
Con mano ardiente embrido, y de rodillas
Pálido domador, saludo al verso.
 
Después, como el torero, al circo salgo
A que el cuerno sepulte en mis entrañas
El toro enfurecido. Satisfecho
De la animada lid, el mundo amable
Merendará, mientras expiro helado,
Pan blanco y vino rojo, y los esposos
Nuevos se encenderán con las miradas.

En las playas el mar dejará en tanto
Nuevos franos de arena: nuevas alas
Asomarán ansiosas en los huevos
Calientes de los nidos: los cachorros
Del tigre echarán diente: en los preñados
Arboles de la huerta, nuevas hojas
Con frágil verde poblarán las ramas.

Mi verso crecerá: bajo la yerba
Yo también creceré: ¡Cobarde y ciego
Quien del mundo magnífico murmura!

José Martí

      Señor: en vano intento
Contener el león que me devora:
Hasta a escribir mi amargo pensamiento
La pluma recia se me niega ahora.—
      Señor: mi frente fría
Prenda clara te da de mi agonía.—
Cual seiba desraigada
Mi trémula armazón cruje espantada:
No dejes que así cimbre
Como a recio huracán delgado mimbre:
¡Señor, Señor! yo siento
Que esta alta torre se derrumba al viento.
A la pasión, al tigre que me muerde
El poder de embridar el alma pierde.

      ¡Señor, Señor! noquieras
Mi pobre corazón dar a las fieras.

12 de marzo

José Martí

                I

Hoja tras hoja de papel consumo:
Rasgos, consejos, iras, letras fieras
Que parecen espadas: Lo que escribo,
Por compasión lo borro, porque el crimen,
El crimen es al fin de mis hermanos.
Huyo de mí, tiemblo del sol; quisiera
Saber dónde hace el topo su guarida,
Dónde oculta su escama la serpiente,
Dónde sueltan la carga los traidores,
Y dónde no hay honor, sino ceniza:
¡Allí, mas sólo allí, decir pudiera
Lo que dicen y viven!, ¡que mi patria
Piensa en unirse al bárbaro extranjero!

                II

Yo callaré, yo callaré: que nadie
Sepa que vivo: que mi patria nunca
Sepa que en soledad muero por ella:
Si me llaman, iré: yo sólo vivo
Porque espero a servirla: así, muriendo,
La sirvo yo mejor que husmeando el modo
De ponerla a los pies del extranjero.

José Martí

Señor, aún no ha caído
El roble, a padecer por ti elegido;
Aún suena por su fibra
Rota el eco del golpe: aún tiembla y vibra
Dentro el tronco el acero, al aire el cabo:
Aún es por la raíz del suelo esclavo:
Señor, el hacha fiera
Blande y retiemble, y este roble muera.

José Martí