La muerte
entra y sale
de la taberna.

Pasan caballos negros
y gente siniestra
por los hondos caminos
de la guitarra.

Y hay un olor a sal
y a sangre de hembra,
en los nardos febriles
de la marina.

La muerte
entra y sale,
y sale y entra
la muerte
de la taberna.

Federico García Lorca

It begins, the lament
of the guitar.
The wineglass of dawn
is broken.
It begins, the lament
of the guitar.
It’s useless to silence it.
Impossible
to silence it.
It cries monotonously
as the water cries,
as the wind cries
over the snow.
Impossible
to silence it.
It cries for
distant things.
Sands of the hot South
that demand white camellias.
It cries arrows with no targets,
evening with no morning,
and the first dead bird
on the branch.
Oh, the guitar!
Heart wounded deep
by five swords.

Federico García Lorca, 1921-1924
Translation by A. S. Kline

Sevilla es una torre
llena de arqueros finos.

Sevilla para herir.
Córdoba para morir.

Una ciudad que acecha
largos ritmos,
y los enrosca
como laberintos.
Como tallos de parra
encendidos.

¡Sevilla para herir!

Bajo el arco del cielo,
sobre su llano limpio,
dispara la constante
saeta de su río.

¡Córdoba para morir!

Y loca de horizonte,
mezcla en su vino
lo amargo de Don Juan
y lo perfecto de Dioniso.

Sevilla para herir.
¡Siempre Sevilla para herir!

Federico García Lorca, 1921-1924

El grito deja en el viento
una sombra de ciprés.

(Dejadme en este campo,
llorando).

Todo se ha roto en el mundo.
No queda más que el silencio.

(Dejadme en este campo,
llorando).

El horizonte sin luz
está mordido de hogueras.
(Ya os he dicho que me dejéis
en este campo,
llorando).

Federico García Lorca, 1921-1924