¿Oyes el aire golpeando con furia los cristales?
Parece que le molestase encontrar freno.
¿Oyes cómo las ramas de los árboles se baten?
Aplauden la rabia que lleva el viento.
Es como si la naturaleza protestase,
Ruidosa,
Con aspavientos.
Los árboles desnudos del invierno
Parecen como esqueletos
De los árboles que han muerto.
Y los caminos, ya vacíos de hojarasca,
Las estelas congeladas,
Que dejan nuestras pisadas.
A lo lejos, las montañas se ven vestidas de nieve,
Y resaltan de repente
Como una nube de espuma
De puro blanca,
Azulada,
Limpia,
Sin manchas.
La gente camina con paso corto para ir más rápido.
La gente no mira al frente, encogidos,
Ateridos,
De vez en cuando resoplan
Y su vaho queda suspendido,
Como dudando,
En el aire infinito.
Para Peggy, o cual sea tu nombre, con cariño.
Valentín de Miguel
17 de enero de 2003.
Valentín de Miguel